¿Permitir que el estudiante aprenda o transmitir conocimientos?

En un artículo publicado ayer en el periódico El Tiempo de Bogotá y con motivo de unas jornadas sobre Educación y empresa, Esperanza Ramírez Trujillo cuenta la iniciativa que desde hace algún tiempo vienen desarrollando algunas empresas que apoyan no solo con recursos económicos

sino con la entrega de su conocimiento, tiempo, capacidad de liderazgo y experiencia; a instituciones educativas oficiales y privadas y Secretarías de Educación; en las cuales participan como un comité de apoyo.

Me parece positivo que algunas empresas se “pellizquen” y despierten a la idea contribuir activamente a impulsar un país donde el estudiante sea “el eje central de los procesos educativos”.

De implementarse de veras ése cambio, se conseguirá un salto cualitativo en una escuela aún muy insensible y autoritaria, donde se espera que el maestro enseñe, en lugar de ser el auspiciador de las condiciones para que sus alumnos aprendan a pensar. Porque pensar no significa acumular información y memorizar cosas. La información abunda y siempre puede ser consultada. Pero la clave del conocimiento está en aprender a relacionar conceptos y realidades. Quien aprende a pensar formula preguntas y a trata de responderlas desde sus propias condiciones e inquietudes. Desde su espacio, identidad y situación. Sin imposiciones, ni dogmas.

Si un alumno aprende a pensar, le será más fácil, opinar y escribir, ya sea en un blog o en un periódico comunitario.

A eso se refiere la articulista cuando habla de “docentes facilitadores del proceso educativo” donde también incluye a las familias que deben comprometerse

“con la formación de los estudiantes a través de un trabajo en equipo con la institución y la comunidad”.

Siempre he creído que las empresas, las escuelas o los maestros no debentransmitir conocimientos“. Ésa es una tarea vacía y estéril. El desafío educativo es otro. Y nada fácil. Consiste en comunicarles a los estudiantes, el deseo y la maravilla de descubrir por su propia cuenta y a fondo, los conceptos, las herramientas, los saberes y las destrezas que ellos necesitan re-construir y digerir para vivir en sociedad.

Porque el conocimiento es una cosa viva y en constante mutación.

6 Responses to “¿Permitir que el estudiante aprenda o transmitir conocimientos?”

  1. Jordi Says:

    Y una cosa más Álvaro, es magnifico cuando consiguen transmitir, amor, pasión, complicidad por aquello que enseñan.

    Salut

    Jordi

  2. Saúl Says:

    Hola Alvaro, me interesaría saber tu percepción del tema, dado que en teoría estas tratando con estudiantes bastante distintos a los de aquí, ya que mi opinión, basada en la observación de estudiantes en mi país, es que el estudiante se sienta en su puesto y piensa algo como “Aquí estoy yo, vamos a ver como hace ese profesor para introducir sus conocimientos en mi cerebro”. Por lo tanto me parece que el tema está varios pasos por delante de nuestra realidad. Si bien existe un porcentaje de estudiantes distintos, la mayoría no lo toma muy en serio.

  3. malú Says:

    Esa reflexión se relaciona bastante con los planteamientos que hace Paulo Freire en un corto pero sustancioso texto que acabo de releer, llamado “¿Extensión o comunicación?” y con otro texto que acabo de leer, en otra parte, también relacionado con el mismo tema. Mi conclusión es que la cátedra magistral es un cómodo refugio ya sea para esconder la inseguridad del profesor, frente al riesgo que entraña dar a los alumnos la oportunidad de cuestionar lo enseñado y dejar entrever la poca profundidad del conocimiento del consabido profesor, o por el menosprecio que éste siente frente a la posibilidad de estar parado frente a un grupo de seres que también son pensantes. Es sorprendente ver los resultados que arroja la posibilidad de permitir que los estudiantes se vean inducidos a expresarse y a investigar y discutir. Para comunicarse hay que compartir un lenguaje, pero, sobre todo, una actitud.

  4. Vicente Torres Says:

    Creo que mediante la creatividad es cuando más se aprende.
    Saludos,

  5. Maléfica Says:

    Creo que en Venezuela, aún cuando todo lo que dices aquí ya está en papel y muchos se llenan la boca con la palabra “constructivismo”, nos falta mucho por recorrer. Tenemos todavía muchos docentes que se creen el centro del universo y muchos alumnos que creen que se merecen las notas, el título, el certificado (lo que sea) por el sólo hecho de asistir a unas horas de clase.
    Y una de las mayores fallas, es que el sistema educativo se plantea nuevos paradigmas pero los presenta con viejos métodos, y entonces los futuros educadores reciben su aprendizaje en un ambiente al estilo tradicional y luego se les quiere exigir que actúen de manera creativa y novedosa.
    Yo dicto talleres en una universidad donde hay más restricciones que en una escuela de monjas, tanto para alumnos como para profesores ¿cómo desarrollar ese “aprender” sin libertad para experimentar y expresarse?

  6. Vir& Says:

    Se necesitará una revolución mental a niveles considerables,
    para que las escuelas no sean lugares mustios,

    y potenciar la vitalidad mental de los profesores y alumnos es uno de los
    más grandes desafíos.

    Paulo freire tiene textos que en su momento irrumpieron como detonadores de
    una manera diferente de proyectarse, sin embargo ha pasado el tiempo y hoy veo que lo
    estudian y está inmerso dentro de una enseñanza tradicional . Se ha descontextualizado..

    Salutes y sonrisa para ti Álvaro..

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