Potencial de derrumbe


Me ha fascinado la literatura. De niño mi entusiasmo teatral me llevó a convertirme en recitador. Mis compañeros de escuela me admiraban y odiaban porque me “regalaba” para actuar en los actos públicos. Creciendo en medio de 11 hermanos y quizás buscando reconocimiento y atención, cultivé una memoria prodigiosa, de la cual no quedan sino retazos y cada vez mayores pozos y lagunas de olvido. Esa memoria me fue útil porque me dio la capacidad de perseguir y retener decenas de largos y rebuscados poemas.

Con el tiempo mi relación con la poesía cambió. Hoy la busco mucho más en la sencillez de autores que escriben casi sin adjetivos, metáforas o elaborados artificios. Busco en la poesía varias cosas: emoción y conocimiento. Sencillez y profundidad. Y cada vez con más frecuencia encuentro el halo poético en los prosistas, en ciertas novelas, en muchos de los mejores ensayistas del presente.

La persigo también por los blogs como quien se zambulle en el mar a buscar perlas que al aparecer ante mi vista me llevan a abrazarlas. Lo especial en este caso es que no necesito arrancarlas de su entorno. Sin retirarlas de su hábitat, puedo darme la libertad de extraer las secciones o facetas que más me emocionan y que mejor se ajustan a los arenales o arrecifes de mi propia bitácora.

En Alta Mar encuentro hoy que Fabián, reflexionando en prosa sobre la oscuridad, escribe un precioso texto que recomiendo leer completo, pero del cual yo delicadamente sustraigo “un pié” con la esperanza de que eche raíces por acá y nutra con su savia ésta especie de huerta en que pudiese convertirse una bitácora. Espero que lo disfruten.


No sé si la tarde oscura, íntima, nos invita a amar antes de que llegue el olvido. Inconexión. No entiendo qué escribo hoy, no encuentro el sentido … Claustro de suelo empedrado, sin hierba, sin tierra. En las ciudades escondemos la tierra y, como máximo la tapizamos con césped. Lo malo es que creemos que ese pequeño espacio vestido con césped es tierra, que el campo está disfrazado con césped sobre el que es fácil y cómodo caminar. Nos encanta fotografiar verdes prados y verdes montañas y ya no recordamos ni el color de la tierra, ni sus hendeduras, ni su tacto. Incluso en los pueblos, junto a la tierra dura, marrones, sienas, barrizales, podemos encontrar una carretera con su rotonda verde, de Walt Disney, de falso mundo rosa disfrazado.
Ya la oscuridad la hemos disfrazado con luces y hemos perdido la memoria angustiante de su negrura. No crecen zarzales en esos verdes. La oscuridad no existe, todos vemos en este bosque de farolas y luces el ordenado crecimiento de las plantas en estas urbes de macetas. Sin embargo, todo hogar está habitado por un potencial de derrumbe, todo jardín está destinado a ser recobrado por la salvaje maleza y la oscuridad propenderá a reinar sobre todas las cosas.

16 Responses to “Potencial de derrumbe”

  1. Fhedossi Says:

    Yo tambien ando en lo mismo. Me cansaron los remilgos literarios, un monton de palabras que nada dicen. La literatura que le habla a la gente, esa es la que busco.

    Me gusto la ojeada a tu blog.

    Te debo los acentos.

    Saludos.

  2. Zenia Says:

    saludos Álvaro. Es hermoso como ala de mariposa. Cierto que todo lugar es un potencial de derrumbe. Tuve un pequeño derrumbe en estos días, aunque no un cataclismo, pero me estoy levantando.

  3. Álvaro Says:

    Zenia: ¿te refieres a lo de tu blog? acabo de enterarme. Es importante recuperar tus archivos. Muchos abrazos para tí.

  4. Malú Says:

    Me pareció hermoso ese texto. Somos parte de la naturaleza, pero actuamos como si no lo supiéramos. Cuidamos ese pedacito de espacio en el que vivimos. Lo aseamos, cortamos el pasto (si es que lo tenemos) y desmalezamos. Así logramos refugiarnos en la ingenua ilusión de que controlamos nuestro entorno. Y, en ese aterrador alejamiento de nuestra naturaleza, vivimos y morimos sin entrar en verdadero contacto con el hombre primitivo que nos habita.
    Basta que la tierra se sacuda levemente, en proporción directa con su inmensidad, para que desaparezcan pueblos enteros; que las placas tectónicas, como monumentales animales que se desperezan, cambien su posición, para que emerjan y se hundan continentes. O, simpemente, que en un rincón del planeta caigan más milímetros de lluvia de los que tradicionalmente caen, para que todo se inunde, se derrumbe o se destroce.
    Álvaro, una cosa que me conmovió, es que tú eres testigo de primera línea de lo cierto que es cuando Fabián afirma que “Sin embargo, todo hogar está habitado por un potencial de derrumbe, todo jardín está destinado a ser recobrado por la salvaje maleza y la oscuridad propenderá a reinar sobre todas las cosas”.

  5. Tautina Says:

    Pues igual di yo contigo, buscando perlas. Un apunte estupendo, compartimos la afición. Saludos

  6. Vicente Torres Says:

    Hermoso texto, desde luego, y como apunta Zenia, todo es material que un día se derrumbará.
    No sé porqué hemos de pelear por tonterías, con tantas cosas por atender que hay en el mundo.
    Saludos,

  7. Edén Del Vainero Says:

    En el plano personal, pareciera que nos estuviesemos acostumbrando a lo peor en una atmósfera de competencias, egos, rencores, poder… Y la naturaleza por su parte parece querer retomar su protagonismo. ¿Designios? Qué sé yo. El mundo se está volviendo un lugar muy peligroso.

    Un abrazo.

  8. Alondrie Says:

    Mmm… El mundo por lo general ha sido un lugar peligroso y quizá ahi está el problema, las falsas expectativas respecto a este lugar del cual no tenemos control, nos acostumbramos pronto a los refugios y la condición de hombre se pierde, nos tenemos asco y la apariencia nos sigue.

    Muy linda bitácora.

    Saludos.

  9. Fabián Says:

    Gracias, Álvaro, por el enlace. Tú viviste el alud sobre tu casa, pero las desgracias vienen de mil formas: enfermedades, accidentes. Está bien que luchemos contra todas las causas, pero a veces nos sentimos demasiado seguros y perdemos de vista nuestra fragilidad.

  10. Vir& Says:

    Un lenguaje pleno el que has transcrito. Prosa con ribetes musicales y agudeza que se apunta contra la expoliación de lo natural.

    Por otra parte, te comento que a mí me conmueve lo que aparentemente no dice nada, porque en esa conjunción de metáforas , hay claves poéticas que mueven los resortes de la sensibilidad y la imaginación.

    Por ejemplo, amo a Dadá.

    Salutes Álvaro.

  11. IVAN Says:

    Precioso texto. Una delicia.
    Saludos

  12. Catalombia Says:

    Alvaro: Muy bueno el texto ¿De dónde scaas tiempo para descubrir estas vainas?

  13. Grial Says:

    Gracias por acercarnos el párrafo, que leeré completo.
    Un beso :)

  14. Álvaro Says:

    Gracias a todos por su comentarios, la mayoría elogiosos, lo cual me hace ruborizar pero también me halaga mucho y me anima a seguir. NO he podido en esta ocasión contestarles individualmente pero aprecio mucho lo que aportan y me dicen. Es un privilegio tener lectores y comentadores como ustedes. Sigo sus blogs, los tengo en la mira :)
    Abrazos

  15. Cosas que no dije Says:

    Contra la oscuridad

    Esto de las bit?oras es un mundo apasionante. Acabo de encontrar un texto muy hermoso que recomiendo que le?s, aunque os dejo el extracto que m? me ha gustado. Reflexionar as sobre nuestros or?enes ya olvidados y la relaci? artificial que tenem…

  16. Álvaro Says:

    El extracto exacto del artículo que tu menciones lo publiqué aquí el 8 de Noviembre.

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