El idioma sonoro del poeta Rubén Darío en manos de un goloso
Me gusta la belleza sonora del castellano. Sobre todo en manos de poetas como Rubén Darío quien lograba que las palabras vibraran como instrumentos musicales en sus poemas. Él supo convocar los vocablos con una sonoridad tímbrica asombrosa. Transcribo, como ejemplo, un pasaje de su Marcha Triunfal:
Los claros clarines de pronto levantan sus sones,
su canto sonoro,
su cálido coro,
que envuelve en su trueno de oro
la angustia soberbia de los pabellones.
El dice la lucha, la herida venganza,
las ásperas crines,
los rudos penachos, la pica, la lanza,
la sangre que riega de heroicos carmines
la tierra;
los negros mastines
que azuza la muerte, que rige la guerra.
Esta mañana me vino a la memoria Darío cuando se me ocurrió recomponer lo que van a leer más adelante. Todo porque resulta que algún loco desde Chile me quiere vender quesos. Y con tal intención decidió arrojar en la bandeja de mi saturado Gmail una sonora y singular lista de delicias, que a pesar de ser totalmente desconocidas para mí, me volvieron la boca agua. Escogiendo sonoridades de tal lista compuse el siguiente poemoide como homenaje a Rubén Darío y para destripe y tema de conversación entre mis contertulios.
Canción láctica chilensis
Chanco kumey
Mantecoso kumey
Chanquito mantecoso kumey
Chanco don Ricardo
Gouda chilolac
Gouda laminado frutillar
Queso de cabra
Noviembre 2nd, 2006 at 0:10
Alvaro: Me hiciste recordar otro texto de RUBEN DARÍO que dedica y titula COLOMBIA, que alguna vez me aprendí cuando estaba en bachillerato.
Tierra de leones es el conocido epíteto que Rubén Darío nos dedicó en un soneto de circunstancias:
Colombia es una tierra de leones;
el esplendor del cielo es su oriflama;
tiene un truenoperenne: el Tequendama,
y un Olimpo divino…
Tomado de http://www.lablaa.org/blaavirtual/publicacionesbanrep/boletin/boleti3/bol12/verde.htm
El texto completo en:
http://www.epigrafe.com/preview/nicaraguavp.pdf
Saludos desde la Perla del Otún.
Noviembre 2nd, 2006 at 4:18
¿Que se puede decir?
Marcha Triunfal… una delicia celestial…
… tu “canción láctica” una delicia terrenal.
Noviembre 2nd, 2006 at 10:15
Jaime Humberto:
Gracias por tu comentario y por compartir el enlace al poema completo de Rubén Darío del que yo apenas recordaba los dos primeros versos. Un saludo muy cordial.
Velvet:
Muy divertido tu contundente y comprimido juicio crítico sobre los dos elementos a disposición. En sus mejores momentos el crítico debe igualar o superar al creador. Creo que lo logras con humor y desparpajo.
Noviembre 2nd, 2006 at 22:40
Vaya Vaya… Es un buen homenaje al Padre del Modernísmo…
Recuerden los camellos de Valencia
Noviembre 3rd, 2006 at 20:37
A propósito de chilenadas, tus versos me trajeron el siguiente poema de Nicanor Parra a la memoria y de ahí lo de chilensis: Viola chilensis.
DEFENSA DE VIOLETA PARRA
Dulce vecina de la verde selva
Huésped eterno del abril florido
Grande enemiga de la zarzamora
Violeta Parra.
Jardinera
locera
costurera
Bailarina del agua transparente
Árbol lleno de pájaros cantores
Violeta Parra.
Has recorrido toda la comarca
Desenterrando cántaros de greda
Y liberando pájaros cautivos
Entre las ramas.
Preocupada siempre de los otros
Cuando no del sobrino
de la tía
Cuándo vas a acordarte de ti misma
Viola piadosa.
Tu dolor es un círculo infinito
Que no comienza ni termina nunca
Pero tú te sobrepones a todo
Viola admirable.
Cuando se trata de bailar la cueca
De tu guitarra no se libra nadie
Hasta los muertos salen a bailar
Cueca valseada.
Cueca de la Batalla de Maipú
Cueca del Hundimiento del Angamos
Cueca del Terremoto de Chillán
Todas las cosas.
Ni bandurria
ni tenca
ni zorzal
Ni codorniza libre ni cautiva
Tú
solamente tú
tres veces tú
Ave del paraíso terrenal.
Charagüilla gaviota de agua dulce
Todos los adjetivos se hacen pocos
Todos los sustantivos se hacen pocos
Para nombrarte.
Poesía
pintura
agricultura
Todo lo haces a las mil maravillas
Sin el menor esfuerzo
Como quien se bebe una copa de vino.
Pero los secretarios no te quieren
Y te cierran la puerta de tu casa
Y te declaran la guerra a muerte
Viola doliente.
Porque tú no te vistes de payaso
Porque tú no te compras ni te vendes
Porque hablas la lengua de la tierra
Viola chilensis.
¡Porque tú los aclaras en el acto!
Cómo van a quererte
me pregunto
Cuando son unos tristes funcionarios
Grises como las piedras del desierto
¿No te parece?
En cambio tú
Violeta de los Andes
Flor de la cordillera de la costa
Eres un manantial inagotable
De vida humana.
Tu corazón se abre cuando quiere
Tu voluntad se cierra cuando quiere
Y tu salud navega cuando quiere
Aguas arriba!
Basta que tú los llames por sus nombres
Para que los colores y las formas
Se levanten y anden como Lázaro
En cuerpo y alma.
¡Nadie puede quejarse cuando tú
Cantas a media voz o cuando gritas
Como si te estuvieran degollando
Viola volcánica!
Lo que tiene que hacer el auditor
Es guardar un silencio religioso
Porque tu canto sabe adónde va
Perfectamente.
Rayos son los que salen de tu voz
Hacia los cuatro puntos cardinales
Vendimiadora ardiente de ojos negros
Violeta Parra.
Se te acusa de esto y de lo otro
Yo te conozco y digo quién eres
¡Oh corderillo disfrazado de lobo!
Violeta Parra.
Yo te conozco bien
hermana vieja
Norte y sur del país atormentado
Valparaíso hundido para arriba
¡Isla de Pascua!
Sacristana cuyaca de Andacollo
Tejedora a palillo y a bolillo
Arregladora vieja de angelitos
Violeta Parra.
Los veteranos del Setenta y nueve
Lloran cuando te oyen sollozar
En el abismo de la noche oscura
¡Lámpara a sangre!
Cocinera
niñera
lavandera
Niña de mano
todos los oficios
Todos los arreboles del crepúsculo
Viola funebris.
Yo no sé qué decir en esta hora
La cabeza me da vueltas y vueltas
Como si hubiera bebido cicuta
Hermana mía.
Dónde voy a encontrar otra Violeta
Aunque recorra campos y ciudades
O me quede sentado en el jardín
Como un inválido.
Para verte mejor cierro los ojos
Y retrocedo a los días felices
¿Sabes lo que estoy viendo?
Tu delantal estampado de maqui.
Tu delantal estampado de maqui
¡Río Cautín!
¡Lautaro!
¡Villa Alegre!
¡Año mil novecientos veintisiete
Violeta Parra!
Pero yo no confío en las palabras
¿Por qué no te levantas de la tumba
A cantar
a bailar
a navegar
En tu guitarra?
Cántame una canción inolvidable
Una canción que no termine nunca
Una canción no más
una canción
Es lo que pido.
Qué te cuesta mujer árbol florido
Álzate en cuerpo y alma del sepulcro
Y haz estallar las piedras con tu voz
Violeta Parra
Esto es lo que quería decirte
Continúa tejiendo tus alambres
Tus ponchos araucanos
Tus cantaritos de Quinchamalí
Continúa puliendo noche y día
Tus toromiros de madera sagrada
Sin aflicción
sin lágrimas inútiles
O si quieres con lágrimas ardientes
Y recuerda que eres
Un corderillo disfrazado de lobo.
Noviembre 4th, 2006 at 14:56
Buntaro:
Es un homenaje un poco bárbaro, porque no tiene un contenido muy lógico. Tiene más de poema dadaísta que otra cosa. Es una lista de categorías de queso en algún lugar del mundo. Y precisamente de Chile, de donde vienen dos de los más grandes poetas de la humanidad, Neruda que escribio el poema a la cebolla y el anti-poeta Nicanor Parra que Yanina ha traído a cuento de manera tan oportuna. Lo interesante es que Nicanor, en este poema a su querida hermana, dejó de ser anti-poeta. Hizo una pausa, para poder escribirle a una de las compositoras (y artista) más bellas y del mundo.
Yanina:
Gracias por recordame esa preciosidad de poema, tan lleno de cariño y tan sonoro en cada uno de sus vocables.
Noviembre 8th, 2006 at 19:35
Yanina, yo adoro la versión que grabaron juntos Nicanor y Violeta, con el texto de este poema. Hace muchísimos años que no oigo a Violeta Parra, pero la dulzura de su voz la tengo fresca en la memoria.
Un abrazo desde Colombia.
Septiembre 10th, 2007 at 15:46
Si Rubén Darío escribió los versos que dicen:
Colombia es una tierra de leones;
el esplendor del cielo es su oriflama;
tiene un truenoperenne: el Tequendama,
y un Olimpo divino, sus canciones
que se vaya el nicaragüense a buscar la armonía quién sabe a dónde pues a nosotros no nos la trae; que se vaya con Dionisios al infierno y que no nos vuelva con sus marchas triunfales, que no anuncian sino devastación y muerte; si es preciso, que ni él ni Apolo pulsen esa lira, ni suene la flauta de esos Panes que invitan a la guerra como el clarín del tango, para que mucha gente muera o quede lisiada en los campos de una Colombia mucho más anodina; los gritos de guerra del modernismo ya no nos sirven en un mundo que ha pasado por los horrores de Auschwitz y cuando la horrible noche colombiana no cesa ni parece querer parar, aunque muchos estemos cansados de guerra, como la Teresa Batista de Jorge Amado y deseemos hacer un canto al erotismo o queramos gritar con Sábato: ¡Nunca más!
Septiembre 11th, 2007 at 19:44
Markota:
No conozcco la versión que mencionas y me hubiera gustado mucho oirla.
Jesús:
Tienes razón en que el contenido, el tono y la forma del poema están pasados de moda. Pero la musicalidad de la lengua y la composición rítmica siguen siendo admirables.
Estoy de acuerdo contigo por otra parte en rechazar toda forma de guerrerismo.
Octubre 28th, 2007 at 16:02
Álvaro, el contenido, el tono y la forma del poema de Rubén Darío no me producen ningún problema, en su contexto son valiosísimos; el problema es que los colombianos hemos tomado casi al pie de la letra que somos una tierra de leones pero sin la majestad del Rey de los Animales sino con la bajeza de lobos y chacales; desde la época de los inicios de la República en el siglo diecinueve no hemos parado de una guerra absurda, que comprueba la frase de Plauto y Hobbes, de que el hombre para el hombre es lobo, pero a los jóvenes se los induce a la pelea, con versos del himno nacional, cuya letra es de otro poeta y político del ochocento, Rafael Nuñez, que dice por ejemplo: “Centauros indomables descienden a los llanos” pero ahora no van de a caballo sino a pie, cruzan por terrenos minados, y vuelven mancos, sin piernas, sin ojos, como criaturas de Frankenstein. No hay allí nada mitológico, honroso, sino mutilación y muerto. Es eso lo que repudio.
Octubre 28th, 2007 at 16:23
Ahora comprendo mejor, Jesús. Y estoy completamente de acuerdo con lo que planteas.
Noviembre 20th, 2007 at 5:04
Hoy les doy mis buenos días con un bello poema de don Antonio Machado en honor a nuestro nicaragüense Darío, cada uno estimulaba la palabra del otro y seguramente nunca se dijeron:
- ¿Por qué no te callas?
Era una auténtica colaboración hispanoamericana.
¿No sería bueno seguirles el ejemplo?
Jesús
A LA MUERTE DE RUBÉN DARÍO
Si era toda en tu verso la armonía del mundo,
¿Dónde fuiste, Darío, la armonía a buscar?
Jardinero de Hesperia, ruiseñor de los mares,
corazón asombrado de la música astral,
¿Te ha llevado Dionysos de su mano al infierno
y con las nuevas rosas triunfantes volverás?
¿Te han herido buscando la soñada Florida,
la fuente de la eterna juventud, capitán?
Que en esta lengua madre la clara historia quede;
corazones de todas las Españas, llorad.
Rubén Darío ha muerto en sus tierras de Oro,
esta nueva nos vino atravesando el mar.
Pongamos, españoles, en un severo mármol,
su nombre, flauta y lira, y una inscripción no más:
Nadie esta lira pulse, si no es el mismo Apolo,
nadie esta flauta suene, si no es el mismo Pan.
Antonio Machado, 1916