Una buena banda salsera puede alegrar una noche fría en cualquier ciudad escandinava. A Bergen le tocó esta vez asistir al nacimiento de una banda dirigida por un etnólogo mexicano alternando con un virtuoso trompetista noruego y un sonero cubano cuyo nombre real (desde pequeñito) es Norge.

Hacía tiempos no salía a hacer vida nocturna en Bergen, probablemente la ciudad más linda de Escandinavia. Pero la ocasión se presentó cuando escuché que el Club de Salsa de la ciudad había organizado una fiesta con música en vivo a cargo de la orquesta dirigida por Alejandro Huidobro*.

Debo aclarar que es ya casi un ritual aquí cada dos o tres años, ver surgir una banda nueva, que poco después desaparece tal vez ante el desánimo (el público no es mucho), la falta de disciplina o de salario. Me picó la curiosidad y la ocasión de volver a juntarme con esa turba exultante de blancos, negros, rubios, mestizos, albinos y zambos que se dan cita cada cierto tiempo (no son muy frecuentes estos bailongos) en el “Internasjonal Kultur Senter” de la ciudad. Y valió la pena asistir al evento en compañía de Hans Christian Aarnes, guitarrista aficionado y quien toca en un “big band”.

Una de las cosas que más nos interesaba era la música. A los salseros, algunos, los conozco y los he tratado en ocasiones anteriores, pero esta orquesta tenía la novedad de estar dirigida por Alejandro, un veracruzano que se casó con noruega y terminó estudiando y trabajando en un país de fiordos y glaciares. Alejandro es etnólogo y además músico que estudia aquí e investiga en su país las formas y maneras de un género musical prohibido en la radio mexicana llamado los narco-corridos.

Alejandro además de estudioso es un ejecutante y con ocasión de la visita que nos hizo a Bergen la gran poeta centroamericana Claribel Alegría, tocó en público y para ella algunos ejemplos de “son jarocho” que fascinaron al público.

La banda resultó mucho mejor de lo que yo esperaba, muy bien de cueros pero en apariencia deficiente de instrumentos de cobre. Un trombón de varas y una trompeta parecían no poder competir con un resto de músicos en el que sobresalían un diestro pianista y Alejandro en la guitarra. Pero el trompetista resultó un fiera, un noruego jovencito que tocó con gran inspiración y energía.

Lo mejor de la noche llegó un poco más tarde cuando Alejandro invitó al estrado a un cantante cubano que Bergen ya conoce y que ha sobresalido muchas veces en Oslo. Se trata del famoso “Norge”. Si señor. Una poderosa voz sonera que tiene nombre de país. Y precisamente del país adonde se vino a vivir como inmigrante.

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(Poco encontré de Alejandro en Internet pero si esta noticia que sigue)
Alejandro Huidobro Goya ganó en México el Premio INAH en su duodécima edición. Premio Fray Bernardino de Sahagún. Etnología y Antropología Social a la mejor tesis de licenciatura: por Los fandangos y los sones, la experiencia del son jarocho.

Este artículo fue publicado el Sábado, Abril 16th, 2005 a las 0:51 y esta categorizado bajo Eventos, Celebraciones. Puedes seguir las respuestas y comentarios a este artículo a través del feed RSS 2.0 . Puede dejar un comentario. Los trackbacks no est·n permitidos.