El Calamar y la Ballena

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El sábado en la noche
ví con mi hija Andrea The squid and the Whale (2005). Un film excepcional por varias razones: guión impecable, austeridad narrativa y estilística, realismo descarnado y ausencia de todo sentimentalismo barato.

Es una película dolorosa y a la vez cómica, por la sinceridad con que la historia está contada, y por la estupidez con que se comportan los adultos del film. Como otras grandes películas de tema semejante, está contada desde la perspectiva de los jóvenes, es decir, de los hijos que sufren toda clase de oprobios en la guerra campal y feroz que entablan ciertas parejas en el proceso de “separación de cuerpos”. Posee además la autenticidad que le confiere su contenido autobiográfico (ya que fue escrita y dirigida por Noah Baumbach basándose en anéctodas de su niñez).

El pulpo y la ballena aluden a una famosa fotografía inventada, obra de un artista que imaginó un hecho real que sucede en los profundidades del mar, pero que no ha sido fotografiado aún. Se sabe que existe un pulpo monstruosamente inmenso que le da batalla campal a la ballena más grande de todas, antes de convertirse en su cena. Al pulpo no se le conoce vivo, pero los vestigios de sus ganchos y garfios gigantes, han sido encontrados en el estómago de varias ballenas. También se han observado las cicatrices enormes que dejan las heridas hondas dejadas por los garfios del pulpo en su desesperada lucha por no dejarse devorar.

El museo de Historia Natural de Nueva York escenificó hace años y exhibe una especie de escultura de tamaño natural que representa el imaginado encuentro entre estos dos monstruos marinos. Y muchos niños se fascinan y se aterrorizan con la escena. Para el muchacho joven del film, se convierte en una imagen espantosa que le persigue en noches de pesadilla y que está asociada con la batalla de sus padres y con la certeza, que él esconde, de ir siendo devorado en las garras sutiles de su egoísta y manipulador papá.

Es la historia de la pareja de escritores Bernard y Joan y de sus dos hijos varones Walt y Frank y una alegoría del manejo del poder en el entorno privado de la familia y sus devastadores efectos en los seres menos preparados para enfrentar relaciones viciadas y enfermizas.

Hay una desnudez y una feroz denuncia en este film. Aquí se muestra como el abuso paternal no necesariamente está vinculado con la violencia física o sexual. Hay otras formas, sutiles, elegantes y cultas, de intentar destruir a los hijos. En la película queda claro que Walt rechaza con energía las tenazas de su padre, pero no queda tan clara cuál será la suerte de Frank.

Este film es un elemento más y muy importante en el debate en torno al abuso infantil, a la ceguera afectiva de muchos padres que provoca tantas formas de infelicidad en la sociedad y un creciente y preocupante aumento del suicidio infantil y juvenil.

Los invito a leer Sentido Común quien en el Editorial de equinoXio de esta semana, ahonda en esta importante problemática.

Actualización: He cambiado el título de la entrada por sugerencia de Andrés y de paso encontré una buena reseña del film en el blog

9 Responses to “El Calamar y la Ballena”

  1. Pilar Says:

    Los padres debemos tener siempre presente que los hijos no nos pertenecen (no realmente), así que hay criarlos en la libertad absoluta de escoger su destino, su felicidad, todo en el perfecto marco que da el inmenso amor que les tenemos y el buen ejemplo, nada más se necesita.
    Un beso, hasta pornto.-

  2. pelandocobre Says:

    Interesante película. Curioso que también fuera de Colombia se tenga la idea de que es generalmente el padre el que toma el papel de “malo” cuando hay un proceso de divorcio. Nunca concorde con la dea generalizada en Colombia de que el hecho de ser mujer la convierte en buena madre. Deberia investigarse mejor antes de dar la patria potestad. Hay padres que podrian hacer mucho mejor el papel de educadores de sus hijos.
    Gracias por el comentario sobre la película. Saludos desde Alemania

  3. Álvaro Says:

    Pilar:
    Estoy completamente de acuerdo con lo que dices. Hay un poema de Kalil Gibrán cuyo título, creo, es el arquero. Donde plantea que el único rol de los padres es impulsar la flecha para que vuele.

    pelandoelcobre:
    Las experiencias personales de infancia del director judío de este film son las que sirven de modelo en este caso. Y en el film los padres no son “malos” simplemente se comportan de la manera más estúpida posible. Especialmente el varón.
    Pero yo, como tú, tengo más de una treintena de ejemplos de padres maravillosos, que se han quedado con sus hijos después de la ruptura matrimonial y que desempeñan un rol espléndido en el papel de proveedores no solo de securidad y comfort, sino de amor, paciencia, comprensión y guía para sus hijos.
    Y mas de la mitad de los que te nombro son colombianos viviendo en Colombia.
    Contigo pienso que no todas las madres son buenas madres. Conozco mucha hijas (sobre todo) que nunca han podido reconciliarse con madres manipuladoras y egoístas que les dejaron una marca amarga en su infancia y adolecencia.

    Tu comentario me ha servido para aclarar mi posición al respecto.

  4. j. Says:

    (Este comentario tiene pistas sobre la trama de la película) Ambos personajes en la película son medianamente despreciables. El padre es manipulador, pero la madre engaña al tipo y a su familia. La madre, al puro cierre, resuelve sacar una última carta en ese juego de manipulaciones que entablan y decirle a los hijos que la razón por la que se decidió cómo iban a ser “administrados” era por conveniencia económica del padre, en fin. Para Mónica, mi esposa, el tipo está herido por lo que ella le hizo. Para mí ella actua de esa manera a raiz de la frustración que le produce su matrimonio. Ambos comportambientos son igualmente torpes y tienen que ver con la manera como aprendemos a resolver conflictos sin resolverlos.

  5. Álvaro Says:

    Es cierto que ambos padres “manipulan” segun sus conveniencias. Y que la madre en venganza menciona las ventajas económicas de la custodia compartida, que se vuelve un infierno para ambos hijos.
    Me cargué un poco en mi interpretación del film. Y concedo que los dos adultos actúan de manera igualmente torpe.
    Me gustaría que aclararas mejor el concepto de que “aprendemos a resolver conflictos sin “resolverlos”. Suena interesante pero confuso para mí.

  6. j. Says:

    Un buen ejemplo a gran escala de esa idea son las diversas negociaciones de “reparación y reconciliación” que ha habido en latinoamérica (incluyendo la que hoy por hoy ocurre en Colombia con los paramilitares). “Solucionar conflictos” se ha convertido es un sinónimo de “Evadir la confrontación aunque el conflicto siga ahí”. Hay gente que soluciona conflictos callándolos. Es terriblemente frecuente. Lo enseñan en los colegios: le dicen a uno que hay que ser “prudente” (y “respetuoso”) y esa “prudencia” (y ese “respeto”) se traduce en callar lo que nos molesta. Ignorar, evadir. En teoría, según la sociedad, esa es la manera como se deben solucionar las cosas, con profunda autorreflexión (¿oración?) seguido de un perdón interno. Nada de diálogo. El diálogo corrompe, parece.

    Otro ejemplo, ya en el plano de las parejas, son los paños de agua tibia a un problema “de fondo” por temor a la soledad, o por los hijos, o por lo que sea. De nuevo, la solución consiste en decir (aunque no sea cierto) “aquí no pasa nada” o “eso quedó en el pasado” o alguna tontería de esas. En la película esta pareja lleva en crisis plena al menos cinco años y no hay mayor verbalización de la cosa, sólo explosiones de ira eventuales. Contienen y contienen las frustraciones hasta que la cosa termina de la peor manera concebible.

    A eso me refería.

  7. Álvaro Says:

    Quedo muy satisfecho con la manera como amplías tu concepción de este asunto. A nivel público y privado creo que cuenta mucho “el temor”, como bien lo mencionas. El miedo devora el alma, se titula una preciosa película de Fassbinder. El temor corroe muchas relaciones.
    Gracias

  8. Andres Says:

    Creo que el titulo seria: el CALAMAR y la ballena (no el pulpo)

  9. Álvaro Says:

    Muy certero tu comentario, Andrés. Ahora viene la duda, ¿cambio el título o pongo una actualización? Le voy a preguntar al IMDB a ver si tienen el título con que están comercializando la película en español.
    No lo encontré allí. ¿Y Google? Bingo!
    Se llama efectivamente El Calamar y la Ballena. Cambiaré entonces el título y actualizaré todo incluyendo un buen comentario que encontré en el blog: http://maestromaster.blogspot.com/2006/05/el-calamar-y-la-ballena.html

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