Los traumas y la violencia enloquecen a los elefantes

elephant park.jpgLa relación entre elefantes y seres humanos se está tornando belicosa según un extenso artículo publicado hace un mes en el New York Times.
Dos días antes de que el reportero Charles Siebert llegara al Parque Queen Elizabeth en África un elefante mató una mujer en Kazinga, pueblito de pescadores cercano. Dos meses antes un hombre fue masacrado por un joven elefante macho en la esquina norte del parque, cerca a Katwe y una joven turista Hindú murió en la misma forma dos años antes en el Parque de las cataratas de Murchison.

Y no se trata de incidentes aislados. Por toda África en la India y en partes del sudeste de Asia, se presentan ataques a seres humanos, destrucción de aldeas y cosechas. La agresividad es tan inusual y notoria que un grupo de investigadores han empezado a monitorear esto con una categoría estadística conocida como Conflicto Hombre-elefante (Human-Elephant Conflict) H.E.C.

En el estado Jharkhand de la India cerca a la frontera con Bangladesh, los elefantes mataron 300 personas entre el 2000 y 2004. Por su parte 265 elefantes han muerto, en otra región, la mayoría de ellos como resultado de retaliaciones a manos de aldeanos furiosos que han usado desde flechas hasta herramientas para vengarse.

Pero la alarma se da no solo por las cifras sino por la “perversidad” de las agresiones. En julio del año pasado, las autoridades de Pilanesberg tuvieron que dispararles a tres elefantes jóvenes que habían matado 63 rinocerontes. En el parque de elefantes Addo en Sudáfrica, el 90 por ciento de las muertes de elefantes machos se les atribuyen a otros machos, comparada con la rata de apenas el 6 por ciento en comunidades de elefantes más estables.

Para un grupo de biólogos y etólogos que han dedicado sus vidas a estudiar el comportamiento de los elefantes, los ataques son tan anormales en cantidad y agresividad que ya no pueden seguir atribuyéndoselos a los factores acostumbrados como altos niveles de testosterona en machos jóvenes o en la competencia por tierra y recursos entre elefantes y humanos.

En un ensayo titulado ‘‘Elephant Breakdown’’ de 2005 en la revista Nature, un grupo de estudiosos argumentan que las poblaciones de elefantes están sufriendo de alguna forma de “estrés” crónico, un trauma que se extiende a toda la especie. Décadas de caza, guerras y pérdida de su hábitat natural, han perturbado la intricada red de relaciones familiares y sociales de los elefantes jóvenes que se crían tradicionalmente en la selva, y que gobiernan las hordas establecidas de elefantes. Grandes manadas pierden sus madres y los elefantes niños se crían sin los cuidados, el afecto y la atención necesaria. Según estos estudiosos estamos siendo testigos de nada menos que un precipitado colapso de la cultura de los elefantes.

Según la más dedicada investigadora de elefantes Abe Bradshaw :

‘‘Los elefantes están sufriendo y comportándose en la misma forma y maneras que reconocemos en nosotros como resultado de la violencia. ¿Cómo vamos a responder al hecho de lo que le estamos haciendo a otras especies como los elefantes? Les estamos causando un trauma a nivel de especie y un colapso psicológico que necesita ser reparado. De alguna manera no es tanto un salto imaginativo o cognitivo, sino político”


La foto la tomó i_pinz en el Parque Chobe en Botswana y tiene una licencia Creative Commons

6 Responses to “Los traumas y la violencia enloquecen a los elefantes”

  1. El editor Says:

    El planeta va rumbo al cataclismo. No sé cómo hay gente que se atreve a tener hijos en el mundo que nos tocó en suerte!

  2. IxcheL Says:

    Interesante tu bitácora, me gusto. Tratas temas de interés general. Es bueno, par aun domingo antes del medio día.

    Un saludo desde México.

  3. Buntaro Akisaura Says:

    Complicado asunto… Ya lo había planteado Vitus Droscher hace ya unos 25 años cuando hizo sus análisis relacionados con estudios a nivel mundial sobre el stress en los animales y sus consecuencias… Ya se ven a gran escala con los elefantes y los leminges… Y nosotros que vivmos diariamente con el terrorísmo… Ahora viene el “terrorísmo animal”…

    Desde la Clandestinidad Pedagógica…

  4. Álvaro Says:

    Editor:
    Todo parece indicar que tus palabras pueden resultar proféticas. Por mera salud mental y por sentido común deberíamos dejar de poblar la tierra. Pero estamos tal vez muy confundidos y traumados para tomar decisiones radicales y que sirvan.

    Ixchel:
    Un gusto tenerte por acá. Gracias por comentar, dándome además la ocasión de visitar tu bitácora mexicana.

    Buntaro:
    Cuéntame un poco más de Vitus Droscher y sus hallazgos o hipótesis. Yo creo que la violencia, la falta de afecto, de cuidados y de compañía son peligrosos para todas las especies. Y cada vez estamos más aislados, temerosos y sometidos a distintos tipo de violencia. Un saludo clandestino ;-)

  5. Kira Says:

    Caramba, Álvaro me “tubeaste” este post. Tenía marcado este artículo del New york times para hacer el comentario y relacionarlo con una experiencia reciente que tuvimos Lino y yo en Kenya en el orfanato que citan allí. Lo escribiré de todas formas pero además te citaré.

    A mí lo que me asombra de todo esto es que es ahora es que los humanos empiezan a considerar que los animales no solo tienen conciencia, sino autoconciencia. Y que en determinados casos como el delfín y el elefante tengan estructuras sociales y de lenguaje que puedan considerarse como cultura…

    Somos tan arrogantes que se nos olvida que también somos animales y que si nosotros podemos pensar y reconocernos porque no otros animales. Porqué no los calamares, los perros o las tortugas o los loros.

    Supongo que es parte de nuestra evolución cultural algún día considerar que los demás animales tienen derechos sobre este planeta y que no podemos seguir explotándolos sin misericordia como si no sintieran nada.

    Pero quizás ese día será lejano, si todavía muchos consideran a otros seres humanos inferiores o sin derechos por sus condiciones de raza, creencia, sexo o clase, qué le queda al resto del reino animal de parte nuestra.

  6. Álvaro Says:

    Emocionante esta coincidencia, Kira. Y espero mucho tus apuntes al respecto porque tú estás mucho más cerca de la realidad que se relata en el artículo y que es escalofriante. En realidad pienso que el artículo es tan bueno, por los datos que aporta, que deberíamos conseguir permiso para traducirlo en pool.
    Yo no me detuve a contar sobre las comparaciones que la joven Abe ha venido haciendo mientras le ayudan a los elefantes y a los niños huérfanos que dejan las guerras y la codicia en África y como se encuentran claras relaciones entre el comportamiento errático y “delicuente” de unos y de otros cuando crecen. Un abrazo y nos leeemos.

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