Soberanía nacional y dignidad
Martes, Febrero 28th, 2006Se trata de: “un tratado asimétrico, favorable a Estados Unidos, inequitativo y no recíproco. En Colombia ganan las multinacionales, los importadores y unos pocos exportadores. Los perdedores, todos los demás, pero sobre todo la Nación en su conjunto.” es el resumen certero del profesor de la Universidad Nacional GERMÁN UMAÑA MENDOZA
En la madrugada de ayer Colombia y Estados Unidos concluyeron 21 meses y nueve días de negociaciones para acordar un Tratado de Libre Comercio (TLC), donde se repite la “hazaña” “neocolonial” de vender la dignidad para mantener “buenas relaciones” con el país hegemónico.
Pienso entonces en la política y en las próximas elecciones y encuentro que el actual Senador y candidato Carlos Gaviria Díaz, un hombre honesto y demócrata como pocos, había publicado en su blog un excelente análisis de las consecuencias posibles de este tratado. Lo hice hace menos de 10 días, bajo el título LA INCONVENIENCIA POLÍTICA Y ECONÓMICA DEL TLC PARA COLOMBIA. Transcribo a continuación uno de sus mejores apartes: (more…)


Lyndon Johnson se ganó el tercer puesto por permitir la intensificación de la guerra de Vietnam. Algunos más de la lista fueron:

Según grupos de derechos humanos, cerca de 500 immigrantes latinoamericanos mueren anualmente en la frontera USA-México.

Unidos y con teas en las manos nos citamos en la plaza central de Bergen unos 200 ciudadanos de Bergen para manifestar nuestra voluntad de continuo diálogo y camaradería en estos momentos de tensión y amenazas por la publicación de las desafortunadas y “famosas” caricaturas contra la figura de Mahoma. La reunión fue sencilla y los discursos cortos, sinceros y preocupados. El llamado a unir fuerzas con miras a una mayor integración entre las culturas que conviven aquí en esta pequeña ciudad de fiordos y montañas, predominó y sirvió para hacer visible que muchas organizaciones se preocupan por la interacción en lugar de la segregación.
El español habló con ellos, en la penumbra observé preocupación por mi presencia, pero al final vino uno de los hombres y tomándome del brazo me llevó hasta el grupo. Las miradas eran amables y daba la impresión que sólo algunos habían visto algún popaa en la brevedad.
