Bitácoras y “blogchiringos”
Viernes, Abril 29th, 2005Creo que no hace mucho empezaron a montar sus tiendas y sus chiringuitos. Primero tímidamente, con escrúpulos, porque sabían que algo no encajaba muy bien.
Pero la cosa se pone lucrativa y la codicia gana. Al fin y al cabo estamos en la sociedad del mercado, los negocios y las ventas. Es apenas normal e inevitable.
De esta forma, los blogs, que nacieron y tienen vocación abierta, personal y libertaria parece que cayeron en manos de quienes aprovechan el formato para montar todo tipo de mercados, balnearios con casas en primera línea de playa, sitios de relaciones públicas, carteleras de publicidad y ya pronto ventas de todo lo imaginable, incluídos los egos.
¿Si la cosa va así cómo llamar a estos sitios? Porque ya es hora de empezar a distinguirlos. Tal vez no deberíamos llamarlos blogs, sino blogchiringos. Al fin y al cabo su objetivo central es vender productos y lucrarse.
Entre los de moda y más típicos se destacan los de Julio Alonso. Venden gallos, salmones, paraguas en mesas cirugía, balones y gambetas. Xataca por ejemplo solo tiene publicidad sino que sus artículos son la publicidad misma.
De bitácoras creo que poco les queda aprovechando solamente: el formato, la cronología invertida, el listado de archivos y el “hip”.
Lo demás es puro chiringuito. ¿No les parece?




El cuerpo es una maravilla y debería ser celebrado diariamente. Sin él no nos sería posible disfrutar, pensar o percibir el mundo circundante. Pero es poco lo que reflexionamos sobre el cuerpo. Es muy común que pensemos en él sólo cuando empieza a fallar o deja de funcionar con propiedad.
Margaret Mead escribía hace unos 50 años en
Esgrimir la ley de las potencias de Pareto como una prueba de que todo es perfecto en la blogosfera y que
En estos fríos de ahora suelo prender la chimenea.


Al arquitecto y diseñador finlandés,
Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos…Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo…Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas…Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra…Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes…el idioma. Salimos perdiendo, salimos ganando…Se llevaron el oro y nos dejaron el oro…Se lo llevaron todo…Nos dejaron las palabras.
Escribo para entender, para explorar, para encontrarme con quien me lee, en un intento por abrazar con mis palabras.
Hoy viajo a Trondheim todo el día para participar en la lección pública y examen oral de una tesis de Master realizada por un profesor y realizador de cine del College de Bodø. En la tesis escrita, Raymond Mortensen discute y reflexiona en torno a un documental que él mismo realizó para la televisión noruega titulado Rafehis aiggit (que traducido del lapón sería en español Tiempos difíciles>(La crisis de la estepa finmarkesa)